La capital de Estonia tiene una larga y fascinante historia. Gracias a su posición estratégica en el Mar Báltico, fue considerada una joya por varios imperios. Tallin cambió de manos muchas veces en su historia. Hoy en día, en tiempos más tranquilos, se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de la región del Báltico. Sus edificios antiguos, sus hermosos paisajes y su encantador casco antiguo han hecho de Tallin un destino popular para los visitantes.
Para tener una idea de Tallin, dé un paseo por el casco antiguo. Póngase sus zapatos para caminar más cómodos, ya que es muy fácil perderse la vida en este sinuoso laberinto de calles adoquinadas. Sin embargo, no te importará perderte, donde quiera que vayas, verás algo hermoso, como una antigua casa, una encantadora iglesia o una atractiva cafetería. Todo el casco antiguo está considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pero es algo más que un enorme museo. Visite la plaza del ayuntamiento, el corazón de la ciudad, donde se celebran animados eventos durante todo el año. Aquí encontrarás el mercado de Navidad en invierno y las celebraciones de temática medieval en verano.
Estonia fue una parte clave del Imperio ruso, que dejó su huella en la ciudad. Eche un vistazo a la catedral Aleksander Nevsky, un llamativo edificio de estilo ruso rojo y blanco en lo alto de la colina de Toompea. El pueblo de Estonia una vez planeó derribar esta catedral, viéndola como un símbolo de opresión. Sin embargo, decidieron mantenerla, reclamándola para la nación de Estonia. En el interior, encontrará carpintería y mosaicos bellamente decorativos.
Cerca de la catedral, se puede ver uno de los edificios más antiguos de Tallin, la iglesia de St Olaf del siglo XIII. Tiene una increíble aguja, alcanzando una impresionante altura de 123 m.. Puede subir a la cima para disfrutar de excelentes vistas de la ciudad, pero tenga cuidado. ¡La iglesia ha sido golpeada por un rayo muchas veces a lo largo de los siglos!
Otro ejemplo del legado ruso en Estonia se puede ver en el museo KGB de Tallin. Este es un lugar fascinante para cualquier persona interesada en la historia moderna. El museo está situado en la antigua sede de la KGB, que estuvo en uso hasta la caída de la Unión Soviética en 1991. Descubra la gama de equipos de vigilancia, uniformes y artefactos soviéticos para obtener una fascinante visión de los días de la Guerra Fría.
Utilice el alquiler de vehículos en Tallin para explorar la zona fuera de la ciudad. Comience con un viaje al Museo al aire libre de Estonia, donde encontrará cerca de 100 edificios históricos reconstruidos. Recorra la historia de Estonia admirando los antiguos molinos, granjas, iglesias y casas. Artesanos capacitados dan demostraciones de artesanía y recetas tradicionales, dando vida a este museo.
El alquiler de un vehículo o una furgoneta en Tallin también le permite visitar el parque Kadriorg, justo fuera de la ciudad. Cerca del mar Báltico, este parque del siglo XVIII es impresionante y cuenta con parterres bien cuidados, fuentes, elegantes esculturas y mucho más. El palacio barroco en su corazón alberga ahora un pequeño museo de arte.